Una promesa al borde del colapso

Con apenas 18 años, Lamine Yamal ya es una figura mundial. Pero su talento también simboliza un problema que crece cada temporada: el exceso de partidos. El extremo del FC Barcelona cayó lesionado en septiembre mientras estaba con la Selección Española, y su caso reavivó el debate entre club y federación sobre la gestión del esfuerzo físico.

Según el último informe de FIFPRO, el joven azulgrana ha disputado 130 partidos profesionales y 9.772 minutos, casi el doble que Xavi, Iniesta o Fàbregas a su edad. Incluso supera en un 31% los minutos de Jude Bellingham cuando tenía 18 años. La conclusión es clara: el fútbol está empujando a sus nuevas estrellas al límite.

Un mal común en las grandes figuras

La sobrecarga no es exclusiva de Lamine. Federico Valverde disputó 72 partidos y 6.676 minutos la temporada pasada, mientras que Rodri, del Manchester City, superó los 135 encuentros en dos años, algo que terminó en una rotura de ligamentos. Pedri, otro símbolo del Barça, acumuló 69 partidos sin descanso adecuado.

“Cuando hay tantos partidos, se pierde el interés y se pone en riesgo la salud”, advirtió Jules Koundé, reflejando un malestar compartido en todos los vestuarios.

Los expertos lanzan una advertencia

El estudio de FIFPRO, basado en más de 1.500 futbolistas y 70 médicos independientes, recomienda 28 días de descanso completo entre temporadas, pero solo el 14% de los jugadores europeos lo cumple. “A veces nadie pregunta nuestra opinión, pero todos estamos hartos”, denunció Alisson Becker, del Liverpool.

Incluso Pep Guardiola comparó la situación con la NBA: “Ellos juegan mucho, pero luego descansan cuatro meses. Aquí el ritmo es inhumano”.

Una alarma con nombre propio

Las advertencias de Marcelo Bielsa resuenan hoy con más fuerza: “Ignorar las consecuencias terminará lesionando a cualquiera”. Y Lamine Yamal ya es prueba viviente de ello.
El fútbol lo convirtió en símbolo de una generación brillante… pero agotada.