Franco Mastantuono, del brillo al banquillo con el Real Madrid
El cuento de hadas de Franco Mastantuono en el Real Madrid tuvo un inicio deslumbrante. A sus 18 años, el argentino irrumpió en la pretemporada con una madurez impropia para su edad. Xabi Alonso lo integró desde el primer entrenamiento y lo mantuvo en la rotación, dándole incluso titularidades en las primeras jornadas. Su desparpajo, talento y capacidad para moverse entre líneas parecían convertirlo en una pieza fija del once merengue.
Con solo unas semanas en la élite, su adaptación fue inmediata. Se adueñó del costado derecho del Santiago Bernabéu como si llevara años en él. El club había invertido más de 60 millones de euros en su fichaje y el joven respondió con personalidad. En la sexta fecha de LaLiga llegó su primer gol, ante el Levante, un tanto que lo colocó en un grupo histórico de precocidad junto a Raúl González, Alberto Rivera y Endrick. El futuro parecía suyo.
De promesa indiscutible a suplente inesperado
Pero el fútbol, como siempre, gira rápido. Con el calendario más exigente, el argentino empezó a desaparecer del once inicial. Ante el Atlético de Madrid, la Juventus y el Barcelona, Mastantuono fue suplente. El regreso de Jude Bellingham y Eduardo Camavinga al cien por ciento obligó a Xabi Alonso a reajustar su esquema, apostando por jugadores con más experiencia en partidos de alta tensión.

Pese a ello, el joven no se descompone. En la derrota en el Metropolitano, entró desde el banquillo y mejoró el ataque blanco, mostrando su capacidad para alterar el ritmo del partido. Sin embargo, en el Clásico frente al Barcelona, ni siquiera tuvo minutos. Bellingham, en plenitud, marcó y asistió, sellando el resultado y dejando poco margen para los más jóvenes.
Paciencia y talento: las armas del argentino
En el vestuario nadie duda de su potencial. A sus 17 años, ya había decidido un Superclásico con River Plate con un golazo de tiro libre. Es un jugador acostumbrado a las grandes luces, pero consciente de que el Real Madrid exige tiempo y paciencia para consolidarse.
Mastantuono sabe que la rotación es parte de la vida blanca. Xabi Alonso confía en su talento y lo ve como una pieza clave para el futuro inmediato. Su siguiente oportunidad podría llegar ante el Valencia, un partido ideal para recuperar protagonismo y demostrar por qué el club apostó tanto por él. Mientras tanto, la historia del argentino apenas empieza: de la euforia al banquillo, con el mismo brillo esperando su turno.
















