Un desencuentro abierto

La relación entre el Real Madrid y el Balón de Oro atraviesa su momento más tenso en años. En 2024, el club blanco sorprendió con un boicot en el último minuto al descubrir que Vinícius Júnior no sería el ganador. Aquel gesto marcó un antes y un después, pese a que el club recibió premios colectivos como el de Mejor Club Masculino del Año y reconocimientos individuales como el de Carlo Ancelotti a mejor entrenador.

Desde entonces, la directiva de Florentino Pérez considera que el sistema de votación no hace justicia al rendimiento de sus futbolistas. La herida sigue abierta y en 2025, por segundo año consecutivo, el Madrid volverá a ausentarse de la gala que se celebrará en el Théâtre du Châtelet de París.

El factor calendario

Aunque la molestia sigue siendo la principal causa, este año se suma otro argumento: el calendario. El Real Madrid debe jugar contra el Levante apenas 24 horas después de la ceremonia, lo que refuerza la decisión de no realizar el desplazamiento. Un motivo práctico que se une a la inconformidad ya declarada con la organización del premio.

Además, la ausencia de candidatos blancos con opciones reales también influye. Pese a la temporada goleadora de Kylian Mbappé en su debut (44 goles), el equipo no conquistó títulos, lo que lo dejó fuera de la pelea seria por el galardón.

Un contraste con el PSG

La ausencia merengue coincidirá con la del PSG, aunque por razones distintas. El club parisino no asistirá porque el Clásico ante Marsella se jugará a la misma hora que la gala, un choque de calendario imposible de resolver.

Mientras el PSG queda atado por las circunstancias, el Real Madrid reafirma su postura de protesta. Tres años después de que Karim Benzema levantara el Balón de Oro en 2022, el vacío de representantes merengues en la ceremonia refleja la pérdida de protagonismo en un escenario que históricamente dominó.