La rivalidad que todo el mundo esperaba: Nico Williams vs Lamine Yamal
De ser inseparables con España a posibles enemigos eternos en El Clásico: la historia que podría marcar una nueva era en LaLiga.
Compartieron vestuario, bromas, goles y una medalla de campeón. Nico Williams y Lamine Yamal fueron dos de las grandes estrellas que llevaron a España a conquistar la Eurocopa de Alemania, y lo hicieron como hermanos dentro de la cancha. Sin embargo, la historia podría dar un giro radical si se concreta un movimiento que sacudiría el mercado: el fichaje de Nico Williams por el Real Madrid.
El Madrid quiere romper la dupla más querida
Según informó el diario Marca, el Real Madrid está considerando seriamente pagar los 58 millones de euros de la cláusula de rescisión del extremo del Athletic Club, una cifra que el club blanco ve como una ganga por un jugador que combina velocidad, desborde, gol y un enorme impacto mediático.
La operación también encajaría dentro del plan de Florentino Pérez de seguir fortaleciendo la identidad española del equipo. En esa línea, ya llegaron Dean Huijsen y se trabaja en la llegada de Álvaro Carreras, mientras que Trent Alexander-Arnold reforzará la banda derecha como agente libre.
En este contexto, Nico Williams se perfila como una incorporación estratégica que no solo elevaría el nivel futbolístico del plantel de Xabi Alonso, sino que además pondría en marcha una de las rivalidades más esperadas del fútbol mundial.
De mejores amigos a rivales en El Clásico
Hace apenas semanas, Nico y Lamine eran inseparables en la concentración de la Selección Española. Compartían risas en los entrenamientos, se buscaban constantemente en el campo y su entendimiento era puro instinto. Juntos brillaron en la Euro y generaron ilusión entre millones de aficionados.
Pero si el fichaje se concreta, el relato cambiaría de inmediato: Lamine Yamal seguiría liderando el nuevo proyecto del FC Barcelona bajo las órdenes de Hansi Flick, mientras Nico Williams pasaría a vestir de blanco en el eterno rival.
El primer Clásico con ambos en bandos opuestos sería algo más que un partido: sería el nacimiento de una rivalidad con historia compartida, cariño sincero… y mucho fuego competitivo. Porque los grandes amigos también pueden ser grandes enemigos. Y en el fútbol, eso solo eleva el espectáculo.