No hace mucho, Ansu Fati era la mayor esperanza de la cantera del Barcelona, la joya que debía liderar al equipo por años. Hoy, su papel es muy distinto, aunque ha vuelto a cobrar importancia y es que se ha convertido en una pieza de cambio de la cual se necesita deshacer el cuadro culé para liberar espacio salarial y avanzar en el fichaje de Nico Williams, el extremo del Athletic que tanto ilusiona al Barça.

El salario que pesa como una losa

Esa etiqueta de crack que tan prematuramente le compraron y el afán de la directiva blaugrana de prometer a quien sería el futuro del club, llevó a que Ansu Fati se convirtiera en uno de los 5 mejores pagados de la plantilla. Su alto sueldo y sus constantes lesiones lo han convertido en un problema urgente. Apenas ha disputado 300 minutos esta temporada y no ha logrado marcar. Su frustración es evidente y, con Hansi Flick, su futuro en el club parece más que sentenciado.

La operación salida es prioritaria. El Mónaco parecía tenerlo en la mira, pero el alto costo de su ficha y su bajo valor de mercado complican el trato. El Barça no quiere pagar parte de su salario y tampoco perder por completo sus derechos deportivos por si el jugador logra recuperar su nivel y esto no es del agrado del equipo del principado.

El rompecabezas financiero

El Barça está contra el reloj. La buena relación entre Deco y Jorge Mendes podría facilitar una solución, pero el fichaje de Nico Williams, al cual le están ofreciendo un contrato hasta 2031, pero esto exige que el club culé actúe ya si no quiere encontrarse con un embrollo para inscribirlo como les pasó con Dani Olmo la temporada pasada.

¿Podrá el Barça, con su historial errático en el Fair Play Financiero, hacer el hueco necesario en la nómina para traer a Nico? ¿O volverá a tropezar en su eterna lucha por ajustar las cuentas?