Un año y medio tras las rejas

Ha pasado más de un año y medio desde que Robinho ingresó en prisión para cumplir su condena de nueve años por su implicación en una violación grupal ocurrida durante su etapa en el AC Milan. Desde el penal de Tremembé, en São Paulo, el exjugador de 41 años reapareció en un video difundido recientemente para hablar sobre su rutina y responder a las versiones que circulan sobre su estancia.

El exdelantero brasileño desmintió las informaciones que aseguran que goza de privilegios dentro de la prisión. “Mi dieta y mi horario de sueño son iguales a los de los demás. Nunca he comido nada diferente ni he recibido un trato distinto”, afirmó con tono sereno.

“No tengo trato especial ni problemas mentales”

En el mismo video, Robinho quiso poner fin a los rumores que lo señalaban como líder entre los presos o como alguien con problemas psicológicos. “Han dicho mentiras de que soy líder o tengo problemas psicológicos. Nunca tuve eso ni tomé medicación”, explicó.
También reveló que su única distracción llega los domingos, cuando puede jugar al fútbol dentro del penal: “Solo jugamos los domingos, cuando no hay actividades laborales”.

“Es difícil estar preso, pero gracias a Dios mantengo la cabeza fría”, añadió el exjugador, que en todo momento se mostró tranquilo y con tono de reflexión.

Una declaración sobre la reeducación

Más allá de hablar de sí mismo, Robinho también quiso resaltar la importancia del sistema penitenciario en su país. “Aquí se busca reeducar y resocializar. Los guardias mandan, y los presos obedecemos”, comentó, insistiendo en que el trato es igual para todos.

Con su mensaje, el exfutbolista parece buscar no solo limpiar su imagen dentro del penal, sino también mostrar una faceta más humana en medio de una etapa marcada por la polémica y la caída de una de las figuras más talentosas de su generación.