Un gesto de compromiso con la Albiceleste

Con tan solo 18 años, Franco Mastantuono demuestra por qué es considerado una de las grandes promesas del fútbol argentino. Aunque una molestia por pubalgia le impidió estar disponible para el amistoso del viernes 14 de noviembre en Luanda, el mediocampista del Real Madrid decidió acercarse hasta la concentración de la Albiceleste, instalada en el Finca Resort de Algorfa, en la provincia de Alicante.

Allí, el juvenil compartió momentos con figuras como Lionel Messi, Rodrigo De Paul y Julián Álvarez, quienes preparan los últimos detalles de la gira antes del cierre del año. La presencia de Mastantuono no pasó desapercibida entre los hinchas que acudieron a los entrenamientos abiertos al público en el estadio Martínez Valero, del Elche CF.

Según fuentes cercanas al cuerpo técnico, el gesto del jugador fue recibido con entusiasmo por sus compañeros y por el propio Scaloni, que lo considera parte del futuro inmediato de la selección campeona del mundo.

Una joya del Real Madrid que empieza a brillar

La llegada de Mastantuono al Real Madrid generó grandes expectativas, aunque su adaptación no ha sido sencilla. El joven surgido en River Plate apenas comienza a escribir su historia en Europa, y los problemas físicos lo han frenado en las últimas semanas, obligándolo a perderse los encuentros ante el Liverpool en la Champions League y frente al Rayo Vallecano en LaLiga.

Aun así, el club merengue mantiene plena confianza en su evolución. Fuentes en Valdebebas aseguran que el argentino cuenta con un plan personalizado de recuperación para volver al cien por ciento antes de fin de año.

El gesto de acompañar a la Selección Argentina mientras se recupera refuerza su imagen de jugador comprometido y maduro para su edad. En la AFA lo ven como uno de los futuros líderes del plantel, un mediapunta talentoso y con mentalidad de élite que podría ocupar un rol importante en el próximo ciclo mundialista.

Mientras tanto, Franco Mastantuono continúa observando, aprendiendo y esperando su momento para vestir nuevamente la camiseta de la Albiceleste, una que, tarde o temprano, volverá a ser suya por derecho propio.