Jamal Murray ha presentado la NBA Cup más como una oportunidad que como una obsesión, destacando que la mentalidad de Denver no cambia radicalmente solo porque los partidos tengan la etiqueta de torneo y un premio económico.

Ha hablado sobre el atractivo de un viaje a Las Vegas y la atmósfera competitiva, pero vuelve repetidamente a la idea de que el trabajo de los Nuggets es “jugar como normalmente juegas” y evitar que un solo partido de grupo se convierta en una presión desmesurada.

Ese tono refleja a un equipo que todavía se ve principalmente a través de la lente de la contienda por los playoffs y las ventanas de título, no del bombo de inicio de temporada. Para Murray, ya asegurado con un contrato de más de 200 millones de dólares, la NBA Cup es un escenario para afinar hábitos, no un salvavidas financiero.

Las apuestas son diferentes en todo el plantel

La situación de Denver en el Grupo C del Oeste ha añadido tensión al mensaje tranquilo de Murray, con los Nuggets en 2–1 y persiguiendo a Portland, que mantiene el desempate directo tras una victoria en octubre.

Una victoria en el partido final de grupo contra San Antonio es esencial para que Denver siga en la pelea por el primer lugar o por la plaza de comodín de la Conferencia Oeste para avanzar a la fase eliminatoria.

Mientras Murray puede permitirse una perspectiva a largo plazo, la realidad financiera es más inmediata para los jugadores de rol y contratos de doble vía. Con los campeones de la NBA Cup proyectados a recibir alrededor de 500,000 dólares por jugador e incluso los cuartofinalistas obteniendo bonificaciones significativas, la rotación periférica de Denver tiene todas las razones para considerar esto como una oportunidad rara de transformar su año económico.

Lo que esto dice sobre Denver

Los comentarios de Murray siguen un patrón del núcleo de Denver de tratar las novedades de la liga como secundarias frente a la misión principal de competir alrededor de Nikola Jokic.

Los Nuggets han confiado en la continuidad y en una fórmula probada de playoffs, y esa confianza se refleja cuando su base líder habla de hacer que “cada partido cuente” sin sobrevalorar la importancia de una sola fecha de la Cup.

Al mismo tiempo, la NBA Cup pone a prueba si ese estándar interno puede coexistir con la urgencia que exige este formato.

Si Denver logra convertir el tono mesurado de Murray en una ejecución concentrada y avanza entre un grupo reñido, el torneo se convierte en otra vitrina de un equipo que espera disputar trofeos en cualquier escenario.