Anthony Davis calificó el despido de Nico Harrison como inesperado y destacó la estrecha relación profesional que compartían. Harrison, arquitecto del megacanje que llevó a Davis a Dallas, había imaginado una base campeona construida alrededor del ala pívot All-Star.

Davis señaló que las conversaciones con Harrison y con el gobernador del equipo, Patrick Dumont, le ayudaron a asimilar el cambio y a verlo como parte natural del paisaje competitivo de la liga.

El vínculo entre ambos venía de años atrás, ya que Harrison había abogado por Davis durante su etapa en Nike antes de pasar a la directiva de los Mavericks.

Tanto aficionados como analistas vieron la apuesta por ese traspaso como un movimiento audaz, aunque generó fuertes críticas en medio de las dificultades del equipo. Las palabras de Davis reflejan el impacto personal que decisiones así pueden tener en el deporte profesional.

Razones detrás de la salida de Harrison

Los Mavericks se separaron de Harrison el 11 de noviembre después de un inicio de temporada de 3-8 que agravó tensiones acumuladas por errores anteriores.

La directiva señaló la mala gestión del tope salarial como un factor clave, ya que limitó la flexibilidad de la plantilla y dificultó cualquier intento de recuperación tras el traspaso. Mark Cuban, copropietario minoritario, enfatizó cómo esas restricciones financieras contribuyeron a la inestabilidad de la franquicia.

La reacción pública se intensificó después del intercambio de febrero, con cánticos pidiendo la salida de Harrison resonando en los estadios. El movimiento, diseñado para reconstruir el equipo alrededor de Davis, terminó alimentando un récord de 16-28 en los meses posteriores.

La combinación de bajo rendimiento y decisiones estratégicas fallidas selló el destino de Harrison, dejando a la organización en busca de un nuevo liderazgo.

Davis mira su regreso en medio de la incertidumbre

Mientras Davis se prepara para un posible regreso tras una lesión en la pantorrilla izquierda, su enfoque se centra en el impacto dentro de la cancha para unos Mavericks que registran 6-14.

Completó una práctica completa el miércoles y podría vestirse el viernes contra Los Angeles Lakers, su antiguo equipo, o el sábado frente a los Clippers. Los directivos planean limitarlo a un partido en los encuentros consecutivos para asegurar su salud a largo plazo.

Los rumores de traspaso rodean a Davis, pero él permanece imperturbable, priorizando sus contribuciones en momentos clave, mientras Dallas acumula un registro de 4-11. Su regreso podría estabilizar la alineación, especialmente con el pívot Dereck Lively II fuera por un problema en el pie. A sus 32 años, Davis busca validar el valor del traspaso a través de su rendimiento, navegando una franquicia llena de interrogantes sobre su dirección.