Han pasado 25 años desde que los Indiana Pacers alcanzaron por primera vez las Finales de la NBA. En aquella ocasión, en el año 2000, eliminaron a los New York Knicks en la Final del Este y cayeron ante los poderosos Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Hoy, la historia se repite con tintes de revancha y esperanza: Indiana volvió a dejar en el camino a los Knicks (4-2) y jugará nuevamente por el título, esta vez ante los Oklahoma City Thunder.

El sexto juego, disputado en un colmado Gainbridge Fieldhouse, fue una exhibición de carácter y talento. Los Pacers se impusieron por 125-108, liderados por un brillante Tyrese Haliburton y un dominante Pascal Siakam, quienes respondieron con creces tras la dura derrota en el quinto partido, jugado en el Madison Square Garden.

Un tercer cuarto demoledor

El encuentro arrancó parejo, con Nueva York cerrando el primer cuarto al frente por la mínima (25-24) y manteniéndose en partido al descanso (58-54). Sin embargo, todo cambió tras el paso por los vestuarios. Indiana salió con un parcial de 9-0 que rompió el marcador (67-54) y marcó el rumbo definitivo del partido.

La ventaja local se estiró hasta el 78-63, y al cierre del tercer cuarto ya dominaban 92-77. En el último periodo, Haliburton tomó el timón y sentenció el pase a las Finales con una actuación digna de MVP.

Fiesta en Indiana

El ambiente en Indianápolis fue digno de una cita histórica. Desde los prolegómenos, el estadio vibró con un clima festivo, ovacionando a sus jugadores y rindiendo tributo a una de sus máximas leyendas: Reggie Miller, presente como analista de TNT.

Para los aficionados, el sueño continúa. Por segunda vez en su historia, los Pacers disputarán el anillo de campeón de la NBA, y el orgullo de toda una ciudad va con ellos.

Una final inesperada, pero merecida

Indiana iniciará las Finales como visitante en Oklahoma City. Y al igual que ocurrió en rondas anteriores Milwaukee en primera, Cleveland en semifinales y Nueva York en la final del Este, llegarán como los no favoritos. Pero eso, lejos de debilitarlos, los ha fortalecido.

Los Thunder parten como favoritos, pero los Pacers ya han demostrado ser el rival que nadie quiere enfrentar. Con Haliburton en estado de gracia, un equipo sólido y una afición encendida, Indiana quiere que esta historia tenga un final diferente al de hace 25 años.