Catalina Uribe
El fin de semana el mundo del fútbol se vio sacudido por la impactante y polémica filtración del contrato de Lionel Messi con el Barcelona en el diario El Mundo.
Además de la filtración en sí, la portada de este medio español también se atrevió a asegurar, por la suma que ha ganado en los últimos años, que el delantero argentino es el culpable de la actual crisis económica del club blaugrana.
Por dicha publicación, tanto el Barça, que negó haber filtrado la información, como Messi anunciaron que tomarán acciones legales contra el diario por "los perjuicios que le puedan causar".
Pero, ¿es ético que se difunda una información de este tipo y que se hagan esas acusaciones sin pensar en las consecuencias?
Como periodista deportiva creo que la ética es un pilar fundamental a la hora de ejercer esta profesión, por lo que es clave tener claro que nuestro trabajo es informar, analizar y criticar el desempeño de los atletas en las canchas o las pistas, respetando siempre el ámbito de su vida privada.
Hay temas que obviamente deben ser condenados, como los actos criminales, la violencia o el racismo, pues no se debe defender lo indefendible, pero el resto de asuntos privados merecen, como ya lo mencioné, ser respetados y no tenemos derecho a juzgar si está bien o mal lo que hacen.
Y es que más allá de la revelación de la información, lo más grave de todo lo sucedido es el juicio que se emite al acusar a Messi de ser el culpable de la crisis económica del Barça, limitándose a tener en cuenta lo que percibe, mas no las ganancias que genera para el club, que pueden llega a ser superiores.
En síntesis, el diario El Mundo no dio un tratamiento nada ético a su 'revelación' del contrato de Lionel Messi con el Barcelona, no sólo por publicar información privada, sino porque el titular incisivo e incendiario que se utiliza no es el más adecuado, pues se aleja del fin informativo y se convierte en un juicio de valor que no corresponde en este caso.
Ojalá todos mis colegas, incluida yo, siempre hagamos una reflexión profunda y adecuada a la hora de publicar estas 'primicias', que más que informar, terminan desprestigiando aún más nuestra profesión.