Fernando Cevallos
@FerCevallosF
Lo bien que se vive en Beverly Hills, la cercanía con el mundo de Hollywood y por supuesto la oportunidad de disfrutar en primera persona de su segunda pasión; La NBA. Motivos que hacían dudar que un Carlos Vela feliz, aceptara la oferta del Barcelona, pero el interés fue real, tan real como cuando uno de los jugadores franquicia más solicitado por los medios de comunicación no llegó al Media Day de la MLS.
El viernes estaba todo arreglado, jugador probado en La Liga, polivalente con una zurda educada, que sabe asociarse con los de buen pie y hasta con cierto parecido – guardando toda proporción - en su forma de jugar con la versión de Luis Suárez que vemos semana a semana en el Barça, sin ser un ‘9’ de área y sí un delantero con mucha movilidad y capacidad para generar juego.
El sábado se enfriaba la operación; Más de un mes de inactividad, una puesta a punto de por lo menos 3 semanas para poder debutar con las urgencias de un equipo que necesitaba un suplente para mañana. La inestable rodilla de Suárez y el descanso necesario para estar al máximo nivel en los partidos de mayor exigencia mandaban.
El domingo ya con Carlos Vela en Los Ángeles cumpliendo con los compromisos aplazados por su ausencia el sábado en el Media Day de la MLS lo confinaban, la operación se había caído y el Barcelona volteaba a ver otro ‘9’; Kevin-Prince Boateng, jugador que cumple con requisitos indispensables probado en La Liga, técnica individual exquisita y gol, pero con polémica en el vestuario y problemas de indisciplina.
Si Boateng entiende el rol de suplente consiente de la oportunidad profesional que representa llegar al Camp Nou, la decisión habrá sido la acertada, si no quizás lo mejor habría sido darle tres semanas a Vela, como sea el Barça tiene poco que perder y mucho que ganar en un jugador que llega a préstamo por 6 meses, pero sobre todo por necesidad.