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El Liverpool de los 500 millones toca fondo: sin rumbo y en caída libre
El proyecto más ambicioso de Arne Slot se ha convertido en una pesadilla. El Liverpool, campeón de la pasada Premier League y gran protagonista del último mercado, parece haber perdido el alma. Después de gastar casi 500 millones de euros en fichajes estelares como Alexander Isak, Florian Wirtz, Hugo Ekitike, Milos Kerkez, Jeremie Frimpong y Giovanni Leoni, el club de Anfield vive su peor momento en años: eliminado de la Carabao Cup, fuera del top 6 en Premier y en caída libre en Europa.
Del sueño dorado al derrumbe en Anfield
El arranque de temporada engañó a todos. Cinco victorias consecutivas, cuatro de ellas en los minutos finales, colocaron al equipo en lo más alto con cinco puntos de ventaja sobre Arsenal, Tottenham y Bournemouth. Parecía que la inversión había dado resultado. Sin embargo, el espejismo duró poco: cuatro derrotas seguidas en Premier, seis en los últimos siete partidos y un desplome histórico. Ningún otro club de las cinco grandes ligas ha perdido tanto desde finales de septiembre, según datos de Opta.
Los resultados son demoledores: derrotas ante Crystal Palace, Chelsea, Manchester United, Brentford y un descalabro europeo frente al Eintracht Frankfurt (1-5). Lo más doloroso llegó en casa: un 0-3 ante el Palace en la Copa de la Liga, con un gol y una asistencia de Yéremy Pino, que reabrió viejas heridas. Para encontrar un tropiezo tan humillante en Anfield hay que remontarse a 1934.
Fichajes que no funcionan y un equipo sin respuestas
Las cifras no mienten: los refuerzos no han rendido. Isak solo ha marcado un gol en ocho partidos, Wirtz aún no ha visto puerta, y Ekitike, pese a sus seis tantos, no ha logrado sostener el ataque. Los laterales, un dolor constante: Frimpong y Kerkez no han logrado sustituir el liderazgo de Alexander-Arnold ni la regularidad de Robertson, mientras que las lesiones de Leoni y Alisson han dejado a la defensa expuesta.

El técnico Arne Slot ha intentado todo, incluso colocar a Dominik Szoboszlai como lateral, pero nada parece encajar. “En Liverpool estamos obligados a ganar cada partido. Hay muchas razones para perder, pero ninguna lo suficientemente buena”, admitió el neerlandés tras la última derrota.
Para colmo, la estrella del equipo, Mohamed Salah, atraviesa su peor racha en años: apenas cuatro goles en trece encuentros. Slot le respalda públicamente, pero el gol, ese viejo amigo del egipcio, se ha vuelto esquivo.
Los rivales también parecen haber descifrado al campeón: el Liverpool es el equipo al que más atacan con balones largos en toda la Premier. El dato resume su fragilidad. Los 500 millones no han comprado estabilidad ni identidad. Anfield, el templo de la intensidad, hoy se hunde en el silencio de la duda.


















