Un City irreconocible en Londres

El empate 1-1 entre Arsenal y Manchester City en el Emirates dejó un aire extraño. Lo llamativo no fue el planteamiento de Arteta, sino la decisión de Pep Guardiola de apostar por un esquema ultradefensivo, con fases que recordaron más a su viejo rival José Mourinho que al estilo de posesión que marcó su carrera.

El City, que venía de un 5-1 en contra en febrero en el mismo escenario, salió con el freno de mano. El gol tempranero de Erling Haaland parecía encaminar el partido, pero la ambición se apagó de inmediato. Apenas un disparo más de peligro y 32% de posesión, la cifra más baja en toda la era Guardiola. Finalmente, Gabriel Martinelli castigó con un gol que dejó en evidencia el repliegue de los visitantes.

Donnarumma y los nuevos experimentos

El cambio más visible del proyecto de Guardiola está en la portería. La llegada de Gianluigi Donnarumma marca un giro radical respecto a la etapa con Ederson, quien era prácticamente un mediocampista más con el balón en los pies. El italiano, en cambio, representa un perfil clásico de guardameta: imponente bajo palos, pero limitado en salida.

Guardiola lo defendió: “No le voy a pedir algo para lo que no está preparado”. Pero lo cierto es que esta apuesta obliga al City a jugar distinto, más replegado y buscando la presión rival cerca de su área. Una idea que, sumada a la utilización de perfiles defensivos como Abdukodir Khusanov, explica la imagen más conservadora del equipo en el Emirates.

¿Crisis de identidad en el campeón?

El City aún está en reconstrucción y Guardiola lo sabe. El propio técnico admitió que ahora tiene un “equipo en transición” y que más allá de los resultados, busca recuperar espíritu y confianza. Pero las dudas surgen cuando figuras como Rodri, ganador del Balón de Oro 2024, han criticado en el pasado este tipo de fútbol “negativo” al que ahora parecen adaptarse.

La pregunta está en el aire: ¿puede un City que defiende con seis hombres y renuncia a la posesión competir de verdad por la Premier y la Champions? Guardiola asegura que es parte de un proceso, pero lo que antes criticaba hoy parece ser su recurso. El campeón inglés vive un dilema: reinventarse para seguir arriba o arriesgarse a retroceder.