El teatro Châtelet, escenario de la consagración

París se vistió de gala y el Théâtre du Châtelet fue testigo de una de las historias más conmovedoras de la temporada. Ousmane Dembélé, a sus 28 años, levantó el Balón de Oro 2025, coronando la mejor campaña de su carrera y sellando el póker histórico del PSG: Champions League, Ligue 1, Copa de Francia y Recopa.

El momento fue histórico no solo para el fútbol francés, sino también para el propio Dembélé, quien recibió el galardón de manos de Ronaldinho. El público estalló en aplausos y coreó su nombre antes de que se revelara el ganador, como si el destino ya estuviera escrito.

Las lágrimas de un campeón

Cuando subió al escenario, el atacante parisino se mostró nervioso, incluso tímido, pero bastó un instante para que las emociones lo desbordaran. Las lágrimas llegaron al recordar a su madre, Fatima, quien lo crió sola junto a sus cuatro hermanos en la humilde ciudad de Evreux.

“Siempre he trabajado en equipo, el Balón de Oro nunca fue un objetivo… pero ahora que lo tengo, es algo excepcional”, dijo visiblemente emocionado. Luego pidió a su madre que subiera al escenario, desatando una ovación de pie y un momento que ya se volvió viral en redes sociales.

Agradecimientos y recuerdos de Barcelona

Dembélé no se olvidó de sus raíces ni de su pasado. Además de agradecer al PSG, a Nasser Al-Khelaifi y a Luis Enrique —a quien llamó “como un padre”—, el extremo dedicó palabras especiales a su etapa en el FC Barcelona.

“Jugar en el Barça fue un sueño. Pasé siete años allí, aprendí junto a Iniesta y Messi… Todo eso me trajo hasta aquí”, confesó ante la emoción de los presentes. Sus palabras fueron interpretadas como un guiño a la afición culé, que lo vio partir en 2023 pero que lo sigue recordando como una pieza clave de su ciclo.

Dembélé vs. Yamal: una batalla por el oro

Aunque la gala estuvo marcada por su triunfo, la presencia de Lamine Yamal, segundo en la votación y ganador del Premio Kopa, también dio que hablar. Dembélé fue elegante en su dedicatoria y llamó al joven del Barça “un talento extraordinario que ganará muchos de estos trofeos en el futuro”.

Las cámaras captaron el rostro serio de Yamal en el anuncio del ganador, lo que muchos interpretaron como resignación. Aun así, la narrativa quedó clara: el presente pertenece a Dembélé, pero el futuro podría ser de Yamal.