El debut del Olympique de Marsella en la nueva temporada de la Ligue 1 terminó en frustración. A pesar de jugar con superioridad numérica durante más de una hora, el conjunto dirigido por Roberto De Zerbi fue derrotado 1-0 por el Rennes, gracias a un gol en el tiempo añadido de Ludovic Blas.

La derrota golpea a un Marsella que buscaba arrancar con buen pie el campeonato, pero que mostró falta de contundencia ofensiva y se marchó sin puntos del Roazhon Park.

Expulsión temprana y dominio sin premio

El partido parecía inclinarse a favor del Marsella desde el minuto 31, cuando Ait-Boudlal vio la tarjeta roja directa tras una dura entrada sobre Murillo. La decisión del árbitro, ratificada por el VAR, dejó al Rennes con diez jugadores y condicionó el desarrollo del encuentro.

Con un hombre de más, el cuadro marsellés buscó abrir el marcador y estuvo cerca al final del primer tiempo con un remate de Adrien Rabiot que se estrelló en el poste. La misma mala fortuna acompañó a Murillo en la segunda mitad, cuando también mandó el balón al palo en lo que pudo ser el gol de la ventaja.

Rennes resiste y golpea al final

A pesar de la inferioridad, el Rennes mantuvo la disciplina táctica y esperó su oportunidad. El plan del entrenador local surtió efecto en el minuto 91, cuando Ludovic Blas, que había ingresado apenas seis minutos antes, aprovechó un espacio en la defensa rival y definió con precisión ante Gerónimo Rulli para sellar el 1-0 definitivo.

El tanto desató la euforia en el estadio y dejó al Marsella con una sensación amarga: dominio estéril y falta de eficacia que le costaron el partido.

El revés obliga al Olympique de Marsella a replantear su estrategia de cara a la segunda jornada, donde estará obligado a sumar para no quedar rezagado desde el arranque. El Rennes, en cambio, inicia la temporada con un triunfo de carácter que refuerza su confianza y confirma su ambición en la Ligue 1.