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Miguel Ángel Russo, el amigo que lloró a Maradona y hoy une su nombre al del 10
Entre lágrimas, Miguel Ángel Russo despidió en vida a Maradona y ahora su nombre se une al del “10” en la eternidad. El histórico técnico de Boca Juniors deja un legado de humildad, lucha y amor por el fútbol que trasciende generaciones.
El fútbol argentino vuelve a vestirse de luto. La partida de Miguel Ángel Russo no solo deja un vacío en los banquillos, sino también en los corazones de quienes lo admiraron dentro y fuera de la cancha. El histórico entrenador de Boca Juniors falleció a los 69 años tras una larga batalla contra el cáncer, cerrando una vida marcada por la pasión, la humildad y un lazo eterno con Diego Armando Maradona.
La amistad que trascendió generaciones
Pocos entendieron el fútbol con tanta sensibilidad como Miguel Ángel Russo. En 2020, tras la muerte de Maradona, sus palabras reflejaron una conexión profunda que iba más allá del balón. “Se fue el futbolista más grande de Argentina y del mundo. Tengo mucho dolor”, dijo entre lágrimas, cuando su Boca Juniors acababa de regresar al país y la CONMEBOL había decidido postergar su partido ante el Inter de Porto Alegre por la Copa Libertadores.
Aquella noche, Russo no habló como un técnico, sino como un amigo. “Agradezco que se haya entendido la situación. No era momento para un partido de fútbol”, señaló entonces. Fue una de las declaraciones más humanas del entrenador, quien siempre prefirió quedarse con los mejores recuerdos del “10”: el genio, la sonrisa y la alegría de jugar.
Una vida de lucha y legado eterno
Nacido en Buenos Aires en 1956, Miguel Ángel Russo construyó una carrera ejemplar. Como futbolista, vistió una sola camiseta —la de Estudiantes de La Plata— y, como técnico, dirigió a clubes históricos como Lanús, Rosario Central, Millonarios, Vélez Sarsfield y, por supuesto, Boca Juniors, donde conquistó la Copa Libertadores 2007, la última que el club xeneize levantó hasta hoy.
Su vida estuvo llena de desafíos, dentro y fuera del campo. En 2017 enfrentó un cáncer que lo alejó momentáneamente de los banquillos, pero su espíritu competitivo lo llevó a superarlo. Incluso durante sus recaídas, nunca dejó de trabajar ni de transmitir esperanza. “El fútbol me ayudó a vivir”, confesó alguna vez.
En Boca, Russo encontró su gran amor deportivo. Ganó títulos, forjó generaciones y dejó una huella indeleble entre jugadores y aficionados. Su última etapa, en 2025, coincidió con un momento difícil de salud, pero se mantuvo al frente del equipo durante el Mundial de Clubes, demostrando la fortaleza que siempre lo caracterizó.
De Maradona al cielo, dos amigos que vuelven a encontrarse
Russo y Maradona compartieron vestuarios, risas y sueños. “Hasta Dios fue generoso, porque la última ovación de Diego fue en la cancha de Boca”, dijo el técnico alguna vez. Hoy, muchos sienten que ambos vuelven a encontrarse en el cielo futbolero, donde el “10” sigue gambeteando y el “Míster” vuelve a dirigir desde la eternidad.
Más allá de los títulos y los triunfos, Miguel Ángel Russo será recordado como un símbolo de nobleza, un maestro del fútbol argentino y un amigo que lloró a Maradona con el alma.
Descansa en paz, Miguel Ángel Russo, eterno campeón dentro y fuera del campo.