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Lamine Yamal y su objetivo que amenaza a toda Europa incluido el Real Madrid
La joya del Barça quiere más protagonismo con Flick: busca lanzar penales, jugar todos los minutos y liderar al club en todos los frentes.
Ambición sin límites para el canterano culé
A pesar de tener apenas 17 años, Lamine Yamal muestra una madurez que asombra tanto dentro como fuera del campo. Tras una temporada estelar con el Barcelona, el joven extremo no se conforma: su próximo paso es convertirse en el jugador más determinante del equipo de Hansi Flick, y para ello quiere sumar más minutos y asumir nuevas responsabilidades.
El canterano ya dejó huella contra rivales de talla como Atlético de Madrid, Real Madrid, Inter de Milán y Espanyol, pero ahora quiere más. Su deseo es dejar de ser sustituido con frecuencia y disputar todos los minutos posibles, incluso cuando los partidos ya estén resueltos. Su argumento es claro: cuando las defensas están cansadas, él puede marcar la diferencia y mejorar sus cifras personales, lo cual también favorece al equipo.
Quiere lanzar penales y faltas
Otro de los retos que se ha propuesto Lamine Yamal es entrar en la rotación de ejecutores de faltas y penales. Actualmente, ese rol recae en Robert Lewandowski, Raphinha y Ferran Torres, pero el extremo confía en su capacidad técnica y en su potencia para asumir también ese tipo de acciones determinantes. Su meta es clara: aportar aún más goles y asistencias, y liderar al Barcelona hacia nuevos títulos tanto a nivel local como europeo.
Recientemente renovado hasta 2031 con una cláusula de mil millones de euros, Yamal está decidido a justificar cada cifra. En el vestuario saben que tienen en él a un talento generacional, y su hambre competitiva parece no tener techo.
Si Flick le da el espacio que busca, Lamine Yamal no solo podría convertirse en el nuevo líder del Barcelona, sino también en una amenaza constante para los grandes del continente, incluido un Real Madrid que ya ha sufrido su desequilibrio. La próxima temporada puede ser la confirmación de su estatus como el heredero natural de las grandes leyendas culés.
