El Estudiantes de La Plata se aferra a la Copa Libertadores con carácter y un golazo memorable. En el duelo de vuelta de los cuartos de final ante el poderoso Flamengo, el equipo argentino encontró en Gastón Benedetti la chispa para encender a su afición y soñar con la remontada en el Estadio Jorge Luis Hirschi.

Un zurdazo para cambiar la historia

El encuentro fue dominado en gran parte por el Flamengo, que manejó la posesión con un 59% y superó en pases a los locales, pero el partido cambió en el último suspiro de la primera mitad. Tras un saque de banda, Núñez mandó un balón al área brasileña que picó entre defensores; allí apareció Benedetti, quien sin dudarlo conectó un zurdazo imparable que superó a Agustín Rossi y desató la euforia.

El tanto no solo significó el 1-1 parcial en el partido, sino que también equilibró el marcador global 2-2, lo que enviaba a Estudiantes al descanso con la ventaja y renovadas esperanzas de clasificación.

Estudiantes resiste y Flamengo no se rinde

El contexto de la serie obligaba al Pincha a buscar un triunfo contundente en casa. En la ida, el Mengao parecía tener todo controlado con los goles de Pedro y Guillermo Varela, pero la reacción argentina comenzó con el descuento de Guido Carrillo en el Maracaná y se consolidó con la anotación de Benedetti en La Plata.

El equipo de Eduardo Domínguez mostró solidez gracias al liderazgo de Fernando Muslera, que sostuvo al equipo en los peores pasajes. Además, el plantel llega con la motivación de haber roto una racha de tres derrotas consecutivas en la liga local tras vencer 1-0 a Defensa y Justicia con un once alternativo.

Por su parte, el Flamengo de Filipe Luis mantiene su estatus de favorito. El empate 1-1 ante Vasco da Gama en el Brasileirao lo dejó en la cima de la tabla con 51 puntos, y el regreso de piezas clave como Gonzalo Plata y posiblemente Jorginho refuerzan sus opciones.

El duelo está lejos de estar definido. El segundo tiempo promete emociones fuertes, con un Estudiantes dispuesto a mantener el espíritu de lucha y un Flamengo que busca demostrar por qué es uno de los equipos más temidos del continente.