Kylian Mbappé: Con la mira puesta rumbo a la Copa del Mundo 2026
Tras la cicatriz que dejó Qatar 2022, Kylian Mbappé ha transformado la derrota en combustible. El crack del Real Madrid ya piensa en el Mundial 2026, con la mirada puesta en una sola meta: recuperar la corona que una vez fue suya.
Mbappé cambia la revancha por redención
Para Kylian Mbappé, el Mundial de 2026 no es una simple cita en el calendario: es una misión personal. El francés, que a sus 26 años ya ha vivido lo que muchos solo sueñan, quiere cerrar el círculo que se abrió en Qatar.
En su charla con Jorge Valdano para Universo Valdano en Movistar Plus+, el delantero del Real Madrid fue directo: “Perder la final de 2022 me enseñó lo que significa realmente ganar. Quiero volver y pelear por el título con la misma pasión, pero más maduro y preparado”. Una frase que resume la metamorfosis mental del futbolista de Bondy.
Mbappé no busca revancha, busca perfección. Convertir la frustración en madurez. Tras el golpe ante Argentina, su mentalidad cambió: dejó de ser la joya impulsiva del fútbol francés para convertirse en un líder consciente de su papel en la historia.
De la herida al éxito
Qatar 2022 fue una montaña rusa emocional. Mbappé firmó un hat-trick en una final para la eternidad, pero el desenlace lo dejó vacío. Hoy reconoce que esa herida fue su punto de inflexión. Lo cierto es que sus números actuales lo confirman.
En el Real Madrid, Mbappé ha elevado su juego a un nuevo nivel. En ocho jornadas de liga suma 9 goles y 3 asistencias, además de liderar las métricas de velocidad y efectividad en el ataque blanco. Su fútbol ya no depende solo de su explosión física; ahora combina pausa, lectura y una mentalidad letal.
El presente del líder que Francia necesitaba
Didier Deschamps lo sabe: Mbappé ya no es solo el referente ofensivo, sino el capitán que dicta el ritmo emocional del vestuario. Su influencia trasciende los goles.
En el Mundial de 2026, Francia tendrá un nuevo rostro, pero la misma esperanza: que Kylian los guíe hacia la cima.
Su conexión con jugadores jóvenes como Tchouaméni, Camavinga o Thuram es la base de una generación que quiere recuperar el dominio perdido.
Camino a la redención
Mbappé llega a 2026 más rápido, más fuerte y, sobre todo, más humano. Ya no se trata de ser el mejor del mundo, sino de dejar una huella que trascienda.
Su obsesión por el Mundial no nace del ego, sino del deseo de redención. Sabe que el fútbol no siempre da segundas oportunidades… pero él está dispuesto a escribir la historia otra vez.
Francia tiene a su líder, el Real Madrid a su asesino silencioso, y el mundo del fútbol, al protagonista que todos esperaban.
El 2026 no se trata solo de revancha, se trata de destino.