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El regreso de Mourinho a Portugal… ¿se puede interpretar como una traición?
El regreso de Mourinho al Benfica lo tiene todo: ilusión, sospechas de traición y la oportunidad de revivir una historia que parecía cerrada.
Un regreso cargado de simbolismo
José Mourinho nunca deja indiferente a nadie. Apenas unas semanas después de cerrar su ciclo con el Fenerbahçe, el técnico portugués vuelve al lugar donde todo empezó: el Benfica. El despido de Bruno Lage tras la dura derrota de las Águilas en Champions ante el Qarabag abrió la puerta para que The Special One se sentara otra vez en el banquillo del Estádio da Luz.
La historia tiene un toque curioso, incluso polémico: fue precisamente el Benfica quien eliminó al Fenerbahçe de la Champions poco antes de su llegada. Muchos en Turquía lo ven como una traición encubierta, mientras que en Portugal se interpreta como un círculo que vuelve a cerrarse.
El círculo se cierra en Lisboa
Mourinho ya había vivido una breve etapa en el Benfica en el año 2000. Apenas duró nueve jornadas, pero fue el primer paso de una carrera que lo llevó a lo más alto del fútbol europeo. De ahí saltó al Oporto, donde se convirtió en mito con dos ligas, una UEFA y la Champions que cambió su vida.
Ese ascenso meteórico lo catapultó al Chelsea, Inter, Real Madrid y Manchester United. Títulos, polémicas y frases lapidarias lo convirtieron en una figura irrepetible. En los últimos años, sin embargo, su palmarés perdió brillo: la Conference League con la Roma o el paso sin éxitos por Tottenham y Fenerbahçe contrastan con el Mourinho dominante de otra época.
Entre la traición y la ilusión
El regreso al Benfica no solo significa volver a casa, también supone dirigir al eterno rival del club que lo hizo leyenda: el Oporto. Algo parecido a lo que ya vivió en España cuando fichó por el Real Madrid, sabiendo que dividía pasiones y encendía a las gradas contrarias.
Mourinho busca en Lisboa lo que ha perseguido en los últimos años: reencontrarse con la élite, volver a disfrutar del fútbol y escribir otra página de gloria. Es su casa, es Portugal y es la Champions, el escenario donde más cómodo se ha sentido siempre. Y aunque muchos hablen de traición, él lo ve como una nueva oportunidad de ser feliz.