Ferrari volvió a decepcionar en casa y apenas pudo pelear por ser el tercer mejor equipo en pista

El Gran Premio de Italia 2025 fue una nueva montaña rusa emocional para los tifosi. Charles Leclerc, ídolo de Ferrari y héroe local, se quedó con un cuarto lugar que supo a poco en Monza. Ni errores estratégicos ni fallos de pilotaje: simplemente no tuvo la velocidad para medirse con Red Bull y McLaren.
El monegasco lo admitió sin rodeos tras la carrera: “No teníamos el ritmo para pelear con los de adelante. Hicimos lo máximo, pero un podio era imposible”.

Una salida prometedora que se desvaneció rápido

Leclerc arrancó fuerte, incluso llegó a colocarse tercero en los primeros compases. Pero el espejismo duró poco. Con una puesta a punto extremadamente descargada, el Ferrari comenzó a sufrir de inmediato con el sobrecalentamiento de los neumáticos traseros.

Esa debilidad fue aprovechada por Oscar Piastri, que no dudó en rebasarlo por el exterior en Lesmo con una maniobra tan limpia como contundente. A partir de ahí, Leclerc entró en modo contención, resistiendo el asedio de los Mercedes más que atacando al grupo de cabeza.

Ferrari, atrapado entre gigantes

La historia en Monza fue clara: mientras Verstappen y los McLaren jugaban en otra liga, Ferrari libraba su propio duelo con Mercedes por ser la tercera fuerza. Leclerc lo resumió con frustración: “Fuimos un poco más rápidos que ellos, pero no lo suficiente. Esperábamos más degradación en otros coches, pero al final no alcanzó”.

Aunque en ritmo puro el monegasco logró mantenerse en zona alta, nunca estuvo realmente cerca de pelearle a Piastri el último escalón del podio. La diferencia de 3.5 segundos en meta fue la evidencia más dolorosa: Ferrari corrió a contracorriente en su propia casa.

Un futuro lleno de incógnitas

Leclerc dejó entrever que el panorama no cambiará a corto plazo. Con Bakú en el horizonte, el piloto se mostró cauto: “En clasificación podemos acercarnos, pero en carrera salen a relucir las verdaderas diferencias. Hoy no tuve confianza y creo que será igual allá”.

El mensaje es claro: Ferrari sigue lejos de Red Bull y McLaren, y los tifosi deberán conformarse, por ahora, con la ilusión de ver a su equipo resistir en la lucha por el tercer lugar.

Monza, el Templo de la Velocidad, volvió a mostrar la realidad más dura: Ferrari no está para podios, y Leclerc lo sabe mejor que nadie.