GOAL
El Barcelona se dio el festín que necesitaba ante el Ferencvaros. Arrastrados por un Leo Messi de otra época en los grises instantes iniciales, los barcelonistas lograron la mayor goleada de la era Ronald Koeman y lo hicieron repartiendo el gol, algo que hacía mucho tiempo que no sucedía. Al margen del rosarino, ayer vieron puerta Ansu Fati y Pedri González para hacer historia, Philippe Coutinho para sentirse cada vez más importante en el equipo y hasta Ousmane Dembélé, que volvió a marcar trescientos ochenta días después de su última diana.
También fue un buen partido de Frenkie De Jong, que el pasado sábado provocó el ingenuo penalti con el que el Getafe se quedaría los tres puntos en LaLiga y volvió a sonreír como hacía tiempo que no se le veía. Incluso secundarios como Francisco Trincao y Miralem Pjanic fueron de menos a más para dejar un buen sabor de boca antes de recibir al Real Madrid. Sin embargo, hubo uno que no esbozó la más mínima sonrisa pues Antoine Griezmann se quedó en el banquillo y el técnico no le dio ni un solo minuto tras cumplir en Getafe un ciclo de dieciocho partidos en los que apenas ha marcado un gol y, lo que es peor, sólo ha rematado tres veces a puerta.
KOEMAN: "Griezmann no ha jugado, pero no significa nada de cara al Clásico", explicó a Goal. "Buscamos los mejores 11 para cada partido, hoy hemos optado por Trincao jugando abierto, y luego por Ousmane para tener profundidad en la banda derecha", dijo Koeman. @FCBarcelona pic.twitter.com/XB9ZieOBt7
— Barça Football & Sports ⚽️🔥☎️ (@racsozerimar8) October 21, 2020
"Su suplencia no significa nada"
"Su suplencia no significa nada" advirtió Koeman tras el partido. "Optamos por Trincao y luego por Ousmane para tener profundidad y velocidad" deslizó para recordar que "el sábado será otro partido", buena prueba de que tiene algo en mente aunque no soltó prenda al respecto pero se le entendió todo y no es atrevido pensar en que Griezmann será titular frente al Real Madrid y que lo del Ferencvaros no fue ni un castigo ni la constatación de que Trincao ya está por delante del galo sino todo lo contrario.
Piénsenlo bien. Cargarse a Griezmann ante el Real Madrid es como entrar sin mascarilla a un geriátrico, la cosa solo puede acabar mal. En cambio, Koeman ha optado por ahorrarle el partido ante el Ferencvaros, tenerle fresco tras una semana de descanso y darle la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva saliéndose en el Clásico. Si le sale bien, se habrá acabado el runrún alrededor del francés y si sale mal ya tendrá argumentos suficientes como para tomar otras decisiones, habiéndose ahorrado algún que otro dolor de cabeza de por medio. Griezmann cotiza al alza, por lo menos en el Clásico. De ahí que Koeman le esconda.