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El delantero hispano-guineano sigue sin poder enlazar varios partidos consecutivos debido a las lesiones musculares, que le impiden asentarse
La última vez que Ansu Fati jugó noventa minutos fue el 16 de julio de 2020, en un Barcelona 1-2 Osasuna de la penúltima jornada de LaLiga y con el campeonato decidido a favor del Real Madrid. Ese fue el último partido en el Camp Nou de la temporada 19-20, pocos días antes del famoso y inolvidable 8-2 contra el Bayern de Múnich en Lisboa en los cuartos de final de la Champions League. Ha pasado un año y medio desde ese encuentro y Ansu todavía no ha podido completar un partido. Desde que se rompió el menisco en noviembre de ese mismo año, el delantero hispano-guineano ha encadenado lesión tras lesión sin poder jugar con regularidad y ayudar al Barcelona a construir el nuevo proyecto que, con el '10' en condiciones, debería girar alrededor del canterano azulgrana en el que tantas esperanzas están depositadas.
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En el Barça existe una preocupación importante por la acumulación de problemas físicos del joven crack. Xavi Hernández ha cambiado la estructura médica del primer equipo masculino, pero las lesiones se siguen sucediendo desde que el egarense llegó al banquillo a principios de noviembre. No solamente es Ansu, también son Memphis Depay o Eric Garcia, jugadores importantes que han caído en las últimas semanas por problemas musculares. Pero el gran dolor de cabeza es Ansu Fati, que no acaba de asentarse en el equipo por su delicado estado físico. El club sufre por él.
El Barça le ha mantenido entre algodones durante muchos meses para evitar precisamente lo que está sucediendo. Su rodilla tuvo que ser intervenida hasta tres veces, pero con la artroscopia a la que fue sometido en mayo de 2021 se esperaba que Ansu estuviera listo para volver. Y lo hizo, poco a poco, sin prisa, contando los minutos para no forzar la máquina y que se rompiera. Pero justo al volver de la lesión de menisco, tras levantar el Camp Nou con un golazo en el día de su re-debut, el canterano notó un pinchazo en Vigo y se tuvo que retirar llorando del césped de Balaídos. Lesión en el bíceps femoral del muslo derecho, varias semanas de baja.
Pero la mala suerte de Ansu no terminó en Galicia. De nuevo en el norte de la península, la perla azulgrana se volvió a lesionar. En el partido de este jueves en San Mamés, Ansu Fati pudo jugar poco más de media hora. Entró en el 60 y, justo al empezar la prórroga, tuvo que marcharse al notar otro pinchazo muscular. Esta vez, en el bíceps femoral del otro muslo, el izquierdo. No sale de una que se mete en otra. Bofetada tras bofetada, así no hay quién levante cabeza.