El domingo por la noche, mientras gran parte del mundo dormía, Leo Messi vivió un momento íntimo que llevaba cuatro años esperando. El argentino, ahora concentrado con la selección albiceleste en Alicante antes de viajar a Angola para un amistoso, regresó al Spotify Camp Nou por primera vez desde su despedida en 2021. Lo hizo lejos de las cámaras y de cualquier acto institucional, pero con un peso emocional inmenso para él y para el entorno del FC Barcelona.

Lo curioso es que, unos días antes de esta visita, Messi había concedido una entrevista en Miami —publicada por Sport— donde ya dejaba ver que Barcelona sigue muy presente en su vida. Sin saber que pronto cruzaría las puertas del nuevo Camp Nou, el capitán del Inter Miami confesó que él y su familia hablan constantemente de la ciudad catalana.
“Extrañamos mucho Barcelona… los nenes, mi mujer y yo siempre hablamos de la idea de volver a vivir ahí. Tenemos nuestra casa, todo, así que es lo que deseamos.”

Un regreso que imaginaba especial… y terminó siendo inevitable

En esa misma entrevista, Messi anticipó lo que creía que sentiría cuando volviera al estadio:
“Va a ser raro volver al estadio nuevo… va a ser emocionante recordar todo lo que fue eso.”

Lo que no sabía es que el reencuentro estaba a la vuelta de la esquina. El domingo, el rosarino pisó el nuevo recinto del Barça, aún en remodelación, y se emocionó al verse rodeado de un lugar que fue hogar durante más de dos décadas. Sus primeras palabras en redes lo dejaron claro: había vuelto a un sitio que “extrañaba con el alma”.

La herida que quedó abierta en 2021

Messi también habló de la despedida que nunca pudo ser. La pandemia, el estadio vacío y la abrupta decisión de no renovarlo marcaron un adiós que no encajaba con la historia de uno de los mayores ídolos del club.

“Me quedó una sensación rara… no me fui como lo soñaba.”

Messi recuerda que quería terminar su carrera en Europa vestido de azulgrana, antes de dar el salto final a Estados Unidos. La realidad fue diferente, y ese desenlace sigue pesando en su memoria.

El valor de una vida entera ligada a Barcelona

Cuando le preguntaron qué se lleva de sus 21 años en el Barça, no titubeó: no puede escoger un solo recuerdo.
Para él, Barcelona fue crecimiento, familia, formación y destino.
“Estoy agradecido a Dios por haberme llevado a ese lugar cuando era un niño.”

Con tres hijos nacidos en la ciudad, una casa esperando y un vínculo emocional que nunca se cortó, Messi dejó entrever algo que ya se siente inevitable: Barcelona no es solo parte de su pasado, sino del futuro que imagina para su familia.