El dilema que sacude a la familia Mbappé

La carrera de Ethan Mbappé apenas comienza, pero ya está marcada por un debate que trasciende el fútbol: ¿qué selección representará el hermano menor de Kylian? A sus 17 años, el mediocampista del PSG se encuentra en el centro de una disputa deportiva y emocional entre Camerún, Argelia y Francia, tres caminos diferentes, tres identidades que forman parte de su historia familiar. En un escenario donde cada paso suyo es observado a través del prisma del apellido Mbappé, la elección adquiere un peso extraordinario.

En las últimas semanas, distintos reportes han señalado que Ethan podría inclinarse por Argelia, siguiendo la ascendencia materna, mientras que Camerún —tierra de su padre— mantiene la esperanza de convencerlo. Francia, por su parte, guarda silencio: no lo ha llamado aún a categorías inferiores, pero tampoco quiere perder a un talento con proyección europea.

La carga del apellido y el deseo de escribir su propia historia

La comparación con Kylian es inevitable. Uno de los mejores futbolistas del mundo, campeón del mundo y múltiple figura global, deja una sombra gigantesca sobre cualquier decisión que tome su hermano menor. Pero precisamente por eso, para muchos, Ethan podría optar por un camino diferente: elegir una selección que le permita construir un legado propio, lejos del espejo constante que supone seguir la ruta francesa.

Ejemplos no faltan. En la conversación siempre aparece el caso de los hermanos Boateng: Jerome con Alemania, Kevin-Prince con Ghana. Cada uno eligió la identidad que sintió más cercana y ambos construyeron carreras exitosas sin perder un solo punto de orgullo familiar. Ethan podría repetir esa fórmula, sobre todo si en su entorno sienten que Francia ya tiene definido su proyecto a futuro sin él.

Argelia o Camerún: raíces, cultura y orgullo

La posibilidad de que Ethan represente a Argelia resuena con fuerza por el vínculo materno y por la creciente generación de talento del norte de África. Ser parte del equipo de Mahrez, de una cultura futbolística apasionada, y de una selección que ya ha ganado la Copa Africana, le ofrecería un camino lleno de significado.

Camerún, en cambio, apela a la historia familiar más directa: la tierra de su padre, el país al que Kylian siempre ha dicho querer honrar “de alguna manera”, y la camiseta de leyendas como Eto’o, Milla o Song. En términos emotivos, la llamada de los Leones Indomables tiene un poder propio.

Ambas opciones representan algo profundo. No se trata solo de fútbol, sino de pertenencia.

La tentación de Francia y la presión de un gigante europeo

La tercera vía es Francia. El país donde nació, donde se formó y donde juega actualmente. Sería el camino más tradicional, el más esperado por la prensa francesa y también el más difícil en términos competitivos. Francia es potencia mundial en todas sus categorías y el ecosistema alrededor de la selección suele devorar talento joven con expectativas irreales.

Para un chico que aún compite por minutos en el PSG, Francia puede ser un trampolín… o una mochila demasiado pesada.

Un futuro abierto y una decisión que marcará su carrera

Lo cierto es que, a día de hoy, no existe una decisión tomada. Ni Francia ha movido ficha, ni Argelia ha cerrado el acuerdo, ni Camerún ha renunciado a la batalla. Ethan Mbappé se encuentra en un cruce de caminos donde pesan lo emocional, lo familiar y lo deportivo.

Y aunque su apellido multiplica la presión, también le recuerda que, como Kylian, tiene derecho a escribir su propia historia. La pregunta, ahora, no es solo qué selección lo quiere más… sino dónde siente él que pertenece.

Cuando llegue el momento, su elección podría convertirse en una de las grandes historias del fútbol africano moderno.